Al comenzar el año hemos de tomar conciencia de cuál es nuestra misión, como hombres y como discípulos de Jesucristo. El mundo necesita de valores y sólo Cristo se los puede dar.
Nosotros somos llamados por Cristo para difundir en el mundo los valores humanos y evangélicos.
Cristo mismo nos ha dejado un mandato claro y preciso: “Id al mundo entero y predicad el Evangelio” (Mc 16,15). Y el Evangelio de Cristo ha de ser predicado con decisión.
Transmitir a los demás los valores evangélicos es una tarea apasionante que requiere de corazones entusiastas y exige de una experiencia interior de Cristo y de su amor.
Cristo es el único que da valor, sentido y significado a la vida humana.
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