martes, 26 de noviembre de 2013


Los mandalas ¿sirven como terapia?

 

Estoy completamente convencida, y me propongo en este apartado aconsejar el uso de los mandalas no sólo como una suerte de expresión artística que por cierto lo es, sino que a su vez sirven para relajarnos, para abstraernos del mundo, para plasmar nuestros sentimientos en él  y así encontrar una relajación  del cuerpo como una paz interior.

Hoy existen en el mercado mandalas de todo tipo: de luz, de relajación, de armonía, de abundancia y muchos más.  Podemos escoger un pequeño libro del tipo de mandalas con el cual  nos sintamos identificados. El mandala, el dibujo en sí mismo atraerá nuestra atención y despertara sentimientos e imaginación en cuanto a cómo hemos de colorearlo.

En casa, en un m momento de suma tranquilidad, con una música ambiental  a bajo volumen, comenzar a colorear estos mandalas y hacerlo con los colores que nos vengan en mente. No tratemos de hallar una explicación. Lo importante en primer lugar es encontrar placer y calma. Cuando lo finalicemos veremos que los colores empleados tienen que ver  mucho con nuestro estado de ánimo de ese momento en particular.

Al realizar esta placentera tarea además de encontrar paz y sentir calma exponemos frente a mostros mismos las emociones del momento. Por ello es muy útil también para los niños, sobre todo para aquellos que sufren de déficit de atención o tienen alguna discapacidad. Por otro lado se les ofrece a personas con problemas psicológicos. Algunos lo harán más rápido otros tendrán menos ansiedad y se tomarán su tiempo. Todo dependerá de nuestro estado emocional. Lo ideal es colorear con calma observando bien la figura. Pintarlo muy rápido no relaja. Para quienes desean meditar, este es un muy buen comienzo porque la parte intelectual del cerebro y las emociones juegan un papel muy importante.

En relación a los colores que utilizamos, los podemos analizar nosotros mismos una vez finalizado el mandala. Los grises y negros son tonos negativos. En cambio el rojo indica la pasión, el amor y la sensualidad. Por otro lado, el blanco significa pureza e iluminación. El azul como siempre se supo es un color calmo, de paz, alegría y de placer. El amarillo y el naranja son muy positivos, muy energéticos expresando simpatía, luz dinámica y energía. El rosa es un tino muy femenino y muestra la dulzura que poseemos. El verde es un color muy importante, porque significa sanación como así también fe y esperanza. El color oro da a entender vitalidad y sabiduría, en tanto que el color plata muestra ciertas emociones fluctuantes.

Tampoco debemos acomplejarnos por los colores empleados. Si deseamos, al pintar un segundo manadala podemos comparar y así ver el cambio positivo o negativo en nuestro estado emocional. Esta terapia es muy económica y realmente muy agradable. Podemos bajar muchos estilos de mandalas desde internet, o comparar pequeños o grandes cuadernillos con diversos motivos, como la naturaleza, la paz, los animales, las formas o también mandalas más complicados en donde las figuras están formadas por líneas muy finas y círculos más difíciles de localizar y pintar.
 
Lilia Canosa
 

 

 

 


 

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