viernes, 27 de diciembre de 2013

La amistad

Relaciones que enriquecen la espiritualidad

altUna de las metas de la espiritualidad es hacernos más cercanos y cercanas a nuestra humanidad. Esta nos ayuda a descubrir nuestra esencia natural y desde allí poder vivir la plenitud de vida. Pero la realidad es que nadie nace en una caja de cristal que le aísle de vivencias agradables o dolorosas y de sus efectos. Tampoco podemos forzar o dictar el camino espiritual, tan sólo podemos ser guías. Aunque el cultivo de la espiritualidad mayormente se da en lo individual siempre ha de reflejarse en lo relacional y lo relacional va a influir en nuestra manera de cultivar la espiritualidad. Una sana espiritualidad siempre promoverá relaciones sanas. Una de esas relaciones que contribuye a fomenta lo espiritual es la amistad. Como dice mi madre: “Si al menos tienes un buen amigo o amiga ya eres afortunado o afortunada.”
¿Por qué hablar de la amistad en un tema que se ha visto como exclusivo al interior ? ¿Qué aporta a la vida de quienes se abren a ella? Esta y otras preguntas pueden surgir al pensar en la amistad en relación a la espiritualidad. C.S. Lewis escritor de Narnia y The Lord of the rings escribió sobre la amistad y menciona que es tan necesaria pero muy pocos la estiman como buena. Martin Luther King en uno de sus mensajes menciona que si deseas mantener un equilibrio entre la ternura y la firmeza abrete a la amistad. Mientras leía varios libros de Alsem Grun y Jean Monbourquette descubrí que algunos de los elementos que dan salud espiritual están presente en las relaciones de amistades cercanas y sus beneficios se proyectan a otras relaciones y diversas áreas de la vida.
Aunque cada persona desarrolla su propio ritmo espiritual según su esencia, primero tenemos que descubrir nuestra esencia personal. Una de las relaciones que nos ayuda a descubrir nuestra esencia es la amistad. Les comparto algunos de los elementos que se dan de manera natural y que aportan al desarrollo de la espiritualidad.
Desarrolla la confianza. Confiar ayuda a sentir seguridad, apoyo y cuidado. Por otra parte, en momentos de dolor ayuda a sanar al sentir aceptación, comprensión y en casos necesarios se da la confrontación y la guianza.
Captura la energía de la niñez. Una mirada desde la niñez ayuda a encontrar nuestra esencia y con esa energía emprender algo. En ese espacio vamos quitando las expectativas impuestas para proyectarnos a los sueños de vida que a su vez activa la creatividad, el entusiasmo y la productividad.
El contacto físico abre el interior. La experiencia sensorial puede abrir nuestro interior. En especial por dar acceso a nuestro inconciente y nos puede llevar a reconocer lo que está atado por las experiencias dolorosas. Además de abrirnos, ese contacto afectivo nos puede ayudar en el proceso de ser desatados y liberados del dolor.
El buen humor nos reconcilia con nuestro ser. Se dice que el buen humos es “signo de la trascendencia”. A través de él nos despojamos de toda máscara para ser seres auténticos con nuestra persona y los demás. El buen humor nos invita a vivir en libertad de nuestra esencia.
Una buena amiga me enseño un canto de amistad: “Si una buena amistad tienes tu, alaba a Dios pues la amistad es un bien. Ser amigo(amiga) es hacer al amigo(amiga) todo el bien. Que bueno es saber amar. La amistad viene de Dios y a Dios ha de volver. Que bueno es saber amar.”  Cultiva la amistad y enriquecerás el espíritu.



No hay comentarios:

Publicar un comentario