jueves, 26 de diciembre de 2013

¿Con el corazón roto?

El que se rompe no es el corazón, sino el ego. Él es el que se tira al piso, patalea y hace drama. El lastimado, el abandonado, el que nos engaña diciendo que somos víctimas cuando en verdad no hay victimario ni héroe, sólo aprendizaje y sabiduría.

Soltemos a las personas agradeciendo y deseándoles lo mejor, descubriendo que el corazón, tan sólo, se ha hecho más fuerte y el ego más débil.


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