martes, 17 de diciembre de 2013



Se acerca la navidad y les traigo :"El símbolo de la Navidad es una estrella: una luz en la oscuridad." de MARIANNE WILLIAMSON - VOLVER AL AMOR.-



 La Navidad es un símbolo de cambio. Significa el nacimiento de un ser nuevo, cuya madre es nuestra condición humana y cuyo padre es Dios. María simboliza lo femenino que todos llevamos dentro, impregnado por el espíritu. Su función es decir sí, quiero, recibo, no abortaré este proceso, acepto con humildad mi función sagrada. El niño nacido de esta concepción mística es el Cristo en todos nosotros.

Los ángeles despertaron a María en mitad de la noche y le dijeron que la esperaban en el terrado. «En mitad de la noche» simboliza nuestra oscuridad, nuestra confusión, nuestra desesperación. «Ven al terrado» quiere decir: apaga el televisor, deja de emborracharte, lee mejores libros, medita y reza. Los ángeles son los pensamientos de Dios. Sólo podemos oírlos en una atmósfera mental de pureza.

Muchos de nosotros ya hemos oído que los ángeles nos llaman al terrado. De otra manera, no leeríamos libros como éste. Lo que sucede en estos momentos es que se nos da la oportunidad, el reto, de aceptar el espíritu de Dios, de acoger Su simiente en nuestro cuerpo místico. Nosotros seremos Su seguridad y Su protección. Y si consentimos en ello, permitiremos que nuestro corazón sea la matriz para el Cristo niño, un puerto donde pueda crecer en plenitud y prepararse para su nacimiento en la tierra. Dios nos ha elegido para que Su hijo nazca por intermedio de cada uno de nosotros.

«No hay sitio», dijo el posadero a José. La «posada» es nuestro intelecto, donde hay poco o ningún lugar para las cosas del espíritu. Pero eso no importa, porque Dios no lo necesita. Lo único que precisa es un poco de espacio en el establo, un poco de buena disposición por nuestra parte para que Cristo nazca sobre la tierra. Ahí, «rodeado de animales», en unidad con nuestra natural condición humana, damos nacimiento al único que rige el universo.

Los pastores en el campo ven antes que nadie la «estrella de la Navidad». Son los que atienden los rebaños, los que cuidan, protegen y sanan a los hijos de la tierra. Es lógico que sean los primeros en ver el signo de la esperanza, porque son ellos quienes la ofrecen. Han convertido su vida en un terreno fértil para los milagros. Ven la estrella y la siguen. Y se encuentran con la escena de Jesús en los brazos del hombre.

Y los reyes del mundo acuden a rendirle homenaje. Eso se debe a que el poder del mundo no es nada ante "el poder de la inocencia. El león duerme junto al cordero"; nuestra fuerza está en armonía con nuestra inocencia. Nuestra dulzura y nuestro poder no están reñidos. «Largo tiempo languideció el mundo en el error y el pecado, hasta que Él llegó y el alma sintió su valor», dice una canción navideña inglesa. Con el nacimiento de Cristo, no una vez por año sino en todo momento, nos permitimos llevar el manto del divino Hijo, ser más de lo que éramos hasta ese momento. Expandimos nuestra conciencia de nosotros mismos y nuestra identidad. "El hijo del hombre reconoce quién es, y al reconocerlo se convierte en el Hijo de Dios."

Y así el mundo queda redimido, recuperado, sanado e integrado. El sueño de la muerte ha terminado cuando recibimos la visión de la verdadera vida. Jesús en nuestro corazón no es más que la verdad grabada en él, «el alfa y el omega», el lugar donde empezamos y a donde regresaremos. Aunque tome otro nombre, aunque adquiera otro rostro, Él es en esencia la verdad de lo que somos. Nuestras vidas unidas forman el cuerpo místico de Cristo. Reclamar nuestro lugar en este cuerpo es regresar al hogar. Una vez más encontramos la relación apropiada con Dios, con el prójimo y con nosotros mismos.






¿Cómo cortar el círculo del odio?



El Círculo del Odio y cómo Cortarlo...
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19 de noviembre de 2011 a la(s) 21:26



Un importante señor gritó al director de su empresa, porque estaba enojado en ese momento. 



El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado, porque había un abundante almuerzo en la mesa.



Su esposa gritó a la empleada, porque rompió un plato. 



La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar. El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque estaba obstaculizando su salida por la puerta. 



Esa señora fue a la farmacia, para colocarse la vacuna y a que le curaran la herida y gritó al farmacéutico, porque le dolió la vacuna al ser aplicada. 



El farmacéutico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado. 

La madre acarició sus cabellos con enorme dulzura y le dijo entonces: 


"Hijo querido, prometo que mañana haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho, estás cansado y precisas una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama, por otras bien limpias y perfumadas, para que puedas descansar en paz. Mañana te sentirás mejor." 


Bendijo a su hijo y abandonó la habitación, dejándolo a solas con sus pensamientos. . . 


En ese momento, se interrumpió el círculo del odio, porque chocó con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor. 


Si algún día entras en un círculo de estos, acuérdate que puedes romperlo con esos medios. Ponlos en práctica.



Autor Desconocido




Más palabras de quien fue un grande...



LA IMPORTANCIA DE QUEBRAR TUS MIEDOS

 Probablemente uno de los mayores enemigos de la felicidad sea el miedo, o nuestra lista interminable de ellos. 
 Quizás el sentimiento que incida con más fuerza en nuestras decisiones sea el miedo y generalmente no lo hace de manera positiva. Por su propia naturaleza, los temores son preventivos, necesarios y tienen su origen en los genes que evolutivamente han sido seleccionados por nuestra especie dada su eficacia.

 No obstante, aunque la sensación de miedo nos incite a evitar situaciones verdaderamente peligrosas, muchas veces nos cohíbe y bloquea limitándonos a lo largo de nuestra vida. Podría decirse que hay miedos inútiles, que partiendo por lo general de un trauma pasado, nos prohíben disfrutar de determinadas experiencias de la vida. En los últimos años, son varios los escritores que han esquematizado este tipo de conflicto mental mediante la simbolización de un elefante encadenado.

 A continuación les reproduzco un pequeño resumen del famoso cuento. 
 Un día un joven padre tuvo el gusto de invitar a su hijo a un circo para presenciar la majestuosidad de este portentoso animal. Cuando terminó la función, le llamo enormemente la atención que al gran elefante se le mantuviese tan sólo con una fina cadena estacada al suelo.

 Dada la fuerza del descomunal animal, no entendía por qué ni siquiera intentaba liberarse, al parecer, tan simple obstáculo. Lo que no sabía el niño, es que el elefante había intentado día y noche desprenderse de esa cadena cuando era sólo una cría. Al frustrarse todos y cada uno de sus intentos el animal consideró erróneamente, que su obstáculo sería inevitablemente de por vida.

 Pasados varios años el elefante mantuvo esa percepción en su mente y jamás volvió a intentar aquel desafío, que pese a que en el pasado le fue imposible, en el presente constituía un reto irrisorio. 
 Las personas muchas veces actuamos así, de hecho no es difícil encontrar amig@s en nuestro entorno que se ven condicionad@s de esta manera. 
 En nuestras manos está el intentar ayudar y ser ayudado a vencer aquellos obstáculos que hace tiempo ya caducaron.



El tiempo y las energías que perdes preocupándote jamás has de recuperarlos. Viví el presente.







El árbol muerto

Recuerdo que un invierno mi padre necesitaba leña, así que buscó un árbol muerto y lo cortó. Pero luego, en la primavera, vio desolado que al tronco marchito de ese árbol le salieron nuevos brotes.
Mi padre dijo:"Estaba yo seguro de que ese árbol estaba muerto. Había perdido todas las hojas en el invierno. Pero se ve que hacía tanto frío que las ramas se quebraban y caían como si no le quedara al viejo tronco ni una pizca de vida. Pero ahora advierto que aún alentaba la vida en aquel tronco".
Y volviéndose hacia mí, me aconsejó: "Nunca olvides esta lección. Jamás cortes un árbol en invierno.
             
            
              Jamás tomes una decisión negativa en tiempo adverso.
 Nunca tomes decisiones importantes cuando estés en tu peor estado de ánimo.
Espera. Sé paciente. La tormenta pasará.
Recuerda que la primavera volverá".



ME CONCEDO

 1.- Me concedo a mí mismo el permiso de estar y de ser quien soy, en lugar de creer que debo esperar a que otro determine dónde yo debería estar o cómo debería ser.

 2.- Me concedo a mí mismo el permiso de sentir lo que siento, en vez de sentir lo que otros sentirían en mi lugar.

 3.- Me concedo a mí mismo el permiso de pensar lo que pienso y también el derecho de decirlo, si quiero, o de callármelo, si es que así me conviene.

 4.- Me concedo a mí mismo el permiso de correr los riesgos que yo decida correr, con la única condición de aceptar pagar yo mismo los precios de esos riesgos.

 5.- Me concedo a mí mismo el permiso de buscar lo que yo creo que necesito del mundo, en lugar de esperar que alguien más me de el permiso para obtenerlo.

 Estos cinco permisos esenciales condicionan nuestro “ser persona”.

“El camino de la Autodependencia”
JORGE BUCAY