Una vez leído el texto se trata entonces de ENCONTRAR. En la lectura ya buscamos, ahora es necesario "masticar" y "triturar" la palabra del Señor: meditar.
En la meditación nos encontramos con Dios, y, en Él, nos encontramos con nosotros mismos y con nuestro entorno. Es así que este segundo paso trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos dice en Su Palabra y lo que sucede en nuestras vidas: la vida adquiere un nuevo sentido.
El alma comienza a suplicar la purificación del corazón con sinceridad y pasión, pues ha comenzado a gustar Su bondad y hermosura, y desea ardientemente desarrollarla y llevarla a mayor perfección. El don de la purificación del corazón desemboca en un camino de conversión permanente...
En la MEDITACIÓN las preguntas claves son: ¿qué ME dice el texto, qué NOS dice?, ¿qué comportamientos y sentimientos NOS transmite?
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