lunes, 2 de diciembre de 2013

Otra mujer digna de admirar
 
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, nació en la mañana del 6 de julio de 1907. Fue la tercer hija de Guillermo Kahlo (fotógrafo) y Matilde Calderón González.

Sus hermanas mayores Matilde y Adriana, la menor Cristina. Tenía también dos hermanastras: María Luisa y Margarita, hijas de un anterior matrimonio de su padre, cuya primer esposa muere al dar a luz.

Poco tiempo después de nacida Frida, su madre enferma, por lo cual es amamantada por una "nana" indígena. Años más tarde esto es plasmado en su cuadro "Mi nana y yo".

Tenía tres años cuando estalla la Revolución Mexicana que duraría una década. Durante esa etapa las penurias económicas asolaron la casa de los Kahlo.

A los 6 años de edad contrae poliomielitis en la pierna derecha, por lo cual estuvo nueve meses confinada en su cuarto. A causa de ello su pierna quedó más corta y más delgada, a pesar de la rehabilitación. Fue por esto objeto de burlas en la escuela, y se convirtió en una niña retraída y solitaria.

Su padre la alienta a realizar ejercicios físicos. Se muestra muy cariñoso con ella, a pesar de ser un hombre muy introvertido, y llega a convertirse en su hija preferida.

También estimuló el desarrollo intelectual de Frida al enseñarle el arte de la fotografía (usar la cámara, revelar, retocar y colorear fotos). Esta técnica llegó a ser parte esencial del estilo de su pintura. Su padre, además pintaba acuarelas, como afición.

En el año 1922 ingresa en la Escuela Nacional Preparatoria de la Ciudad de México, donde estudiaron numerosos personajes de la intelectualidad y la política mexicana: Salvador Novo, Xavier Villaurrutia, Carlos Pellicer, Jorge Cuesta, Salvador Azuela (hijo del escritor Mariano Azuela), Germán del Campo, Alejandro Gómez Arias, Miguel Lira, Jorge Gómez Robleda y Manuel González Ramírez, entre otros.


Por entonces se pintaron numerosos murales en los edificios públicos. Mientras pintaba en la Escuela Preparatoria un mural, Diego Rivera conocería a Frida, sin sospechar que sería luego su esposa. En ese tiempo Diego tenía varias amantes, entre ellas Lupe Marín, con quién se casa en 1922 y con la cual tendrá dos hijas.

En los años de colegio, Frida fue novia de Alejandro Gómez Arias, relación que no contaba con la aprobación de sus padres. Debió inventar excusas y mentiras, para poder verlo.

El 17 de septiembre de 1925 sufre un terrible accidente que transformaría su vida para siempre: iba saliendo del Zócalo en un camión colectivo de madera con destino a Coyoacán, en compañía de Alejandro, cuando un tranvía procedente de Xochimilco, lo embistió. Con el golpe, un pasamanos atraviesa la espalda de Frida, a la altura de su pelvis.

Estuvo muy grave y durante el primer mes, los médicos pensaron que no se salvaría. Su columna vertebral se rompió en tres lugares, en la parte lumbar. Se fractura la clavícula, costillas, la pierna derecha en once partes y su pie derecho se le disloca y aplasta. Se le sale de lugar el hombro y la pelvis se le rompe en tres lugares.

Estuvo un mes enyesada, acostada y encerrada en una caja. De su familia solo la visitaba su hermana Matilde, ya que lo demás quedaron tan impresionados que demoraron varios días en recuperarse.

Además de su hermana, la visitaban sus amigos de la preparatoria, a excepción de Alejandro que también debió permanecer en cama, a causa de las heridas del accidente.

Frida sale del hospital el 17 de octubre, justo al mes de la internación, pero recién después de tres meses se recuperaría parcialmente y tendría numerosas recaídas a lo largo de toda su vida.

Es durante una de ellas, en septiembre de 1926, casi un año después del accidente, que comienza a pintar. En esa oportunidad pinta el primer "Autorretrato" que le regala a su enamorado Alejandro.

La niña-mujer que quería estudiar medicina, a causa del accidente, se dedica a pintar como una forma de cura psicológica. Es a través de la pintura que logra reflejar sus estados de ánimo, sus sentimientos, su dolor, su angustia y sufrimiento, como así también su dignidad y su determinación de vencer a la muerte y al dolor.

A finales de 1927 se encontraba lo suficientemente recuperada como para llevar adelante una vida activa. No continúa con sus estudios, pero sigue pintando y trabajando.

En 1928 conoce a Tina Modotti, fotógrafa ítalo-estadounidense, con la cual hace una gran amistad. Se separa de Alejandro y en esos años pinta los cuadros: "Retrato de Adriana" (1927), "Retrato de Cristina, mi hermana" (1928), "El camión" (1929), "Niña" (1929) y "Autorretrato con aeroplano" (1929).

Se afilia al Partido Comunista y conoce a Diego Rivera, con el cual inicia una relación amorosa que culmina en matrimonio el 21 de agosto de 1929. La fiesta de casamiento fue en la azotea de la casa de Tina Modotti.

A fines de ese año se traslada con Diego a Cuernavaca porque éste debía pintar un mural en el Palacio de Cortés. Allí, Frida pinta un lienzo (que está perdido) de una indígena mexicana con el torso descubierto y rodeada de frondosa vegetación. También un "Retrato de Lupe Marín" ( la ex esposa de Rivera), retratos de niños y un "Autorretrato" (donde aparece sentada en una silla).

Durante 1930 sufre un aborto estando embarazada de tres meses. Nunca pudo llevar a término un embarazo debido a secuelas de su accidente.

En noviembre de ese año, ella y Diego viajan a San Francisco. Estando allí conoce y se hace muy amiga del Dr. Leo Eloesser, en quien confiaría más que en ningún otro médico.

Pinta "Retrato del doctor Eloesser", en 1931. Comienza a tener dificultades con su pie derecho. Hace otras pinturas: "Retrato de Eva Frederick", "Retrato de Mrs. Jean Wright", "Retrato de Luther Burbank" y "Frida y Diego Rivera" (retrato de bodas).

En junio de 1931 regresan a México. Se quedaron viviendo en la casa azul de Coyoacán, mientras Diego avanzaba con los murales del Palacio Nacional y comenzaba a construirse la casa estudio de San Ángel, obra del arquitecto y pintor Juan O’Gorman, amigo de la pareja, que diseña para ellos dos edificios unidos por un puente.

En noviembre de ese mismo año, dejando sin concluir los murales del Palacio, se trasladan a Nueva York para montar una exposición retrospectiva de Rivera en el recién inaugurado Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Durante este período, se codean con la alta sociedad neoyorquina y se hacen de nuevos amigos. Le proponen a Diego ir a Detroit y pintar murales sobre la industria moderna, en el Instituto de las Artes de Detroit.

En julio de 1932, estando allí, Frida vuelve a perder un embarazo y permanece internada en el Hospital Henry Ford. De esa época es la pintura: "Henry Ford Hospital", y la litografía: "Frida y el aborto". También pintó entonces: "Vitrina en Detroit" y comenzó "Autorretrato en la Frontera entre México y Estados Unidos".

En septiembre parte Frida hacia México, debido a la enfermedad de su madre, que estaba muy grave por un cáncer de pecho. Una semana después, el día 15, muere su madre. En octubre regresa a Detroit a encontrarse con Diego. Termina su cuadro: "Mi nacimiento" (1932).

En 1933 pinta otro "Autorretrato", donde aparece con una blusa blanca y un collar de cuentas. Se trasladan a Nueva York, para que Diego pintara un mural en el Centro Rockefeller, que finalmente fue censurado y destruido.

Frida pinta otro cuadro: "Ahí cuelga mi vestido" (1933).

En diciembre de ese año regresan a México. Se quedan a vivir en la casa de San Ángel, que ya estaba terminada.

A pesar de estar contenta por haber vuelto a México, fue una etapa muy difícil para ella, ya que Diego comienza una relación con la hermana menor de Frida, Cristina (1934).

Vuelve a tener un aborto (los médicos le sugieren que se abstenga de tener relaciones sexuales), y sufrió una operación en su pie derecho.

Se muda a un departamento sola, separándose de Diego y pinta: "Unos cuantos piquetitos" y "Autorretrato" (con el cabello rizado), ambos en 1935. Viaja entonces con amigas a Nueva York.

Perdona luego a su hermana y se reconcilia con Diego, teniendo a partir de entonces una relación abierta e independiente. Ambos tenían amantes, siendo Frida bisexual, aunque prefería los hombres a las mujeres. Entre sus enamorados están el escultor Isamu Noguchi, Julien Levy y Nicolás Muray.

En 1936 Frida apoya a los republicanos españoles activamente. Comparte con Diego las simpatías por el trotskismo, pero no se afilia como sí lo hace su marido.

En enero de 1937, Frida recibe junto con otros conocidos trotskistas a Natalia y León Trotsky, en el puerto de Tampico. Diego no puede estar presente, ya que se encontraba internado por problemas renales y oculares.

Llegados a la capital, fueron recibidos por Diego y llevados a la casa azul de Coyoacán, donde vivieron por dos años. A mediados de 1937, Frida y León tuvieron un breve romance. El día 7 de noviembre, en el cumpleaños de Trotsky, Frida le regala una pintura: "Autorretrato" (aparece de pie con un vestido rosado y una carta en la mano).

Comienza entonces a pintar con más disciplina y seriedad. Sus pinturas:

"Mis padres, mis abuelos y yo" (1936), "Recuerdo", "El difuntito Dimas", "Mi nana y yo", "Fulang Chang y yo", "Pertenezco a mi dueño" (1937), "Recuerdo de una herida abierta", "Escuincle y yo" , "Los frutos de la tierra", "Lo que me dió el agua", "Cuatro habitantes de México", "Piden aeroplanos y les dan alas de petate", "Niña con máscara de muerte", "Yo y mi muñeca", "Tunas" y "Pitahayas" (1938). También de este año hay un dibujo a tinta: "Cuerpo sin cabeza y corazón roto".

En 1938 también hace una muestra en la pequeña Galería de Arte de la Universidad en la Ciudad de México.

Viaja a Nueva York para hacer una muestra en la Galería de Julien Levy. Conoce al padre del surrealismo, André Breton, quién queda impactado con su obra y la invita a exponer en París. En enero de 1939 viaja a Francia, donde hace una muestra en la Galería Pierre Colle, y regresa a Nueva York, en marzo.

Se termina su relación con Nicolás Muray, por lo cual vuelve abruptamente a México, en abril.

Se separa nuevamente de Diego y se instala en la casa azul de Coyoacán. Inicia los papeles para el divorcio, que se concreta a fin de año. Entre 1939 y 1940 estuvo deprimida y muy enferma, aunque trató de vivir de la venta de sus obras y no aceptar el dinero de Diego.

En esos año pinta: "La operación cesárea", "Dos desnudos en un bosque", "Las dos Fridas", "El suicidio de Dorothy Hale" (1939), "El sueño", "Autorretrato" (con un colibrí colgando de un collar de espinas y monos), "Autorretrato" (con dedicatoria al Dr. Leo Eloesser), "Autorretrato de pelona", "Autorretrato con mono" y "La mesa herida" (1940).

El 24 de mayo de 1940 se lleva a cabo un intento de asesinato de Trotsky, pero fracasa. Culpan del atentado a Diego, quién abandona México y se instala en los EEUU.
Entre el intento de asesinar a Trotsky y la huida de Diego a San Francisco, Frida enferma gravemente.
Tres meses después, Trotsky es asesinado por Ramón Mercader. Como era amigo de Frida, termina como sospechosa y es arrestada. Diego se preocupa por la enfermedad de Frida y su arresto, por lo cual convence al Dr. Eloesser para que recomiende a Frida que viaje a los EEUU. Ella lo hace y en septiembre viaja a San Francisco. Diego y el Doctor la esperaban.

Es internada en el Hospital Saint Luke y recupera la salud. En ese tiempo conoce a Heinz Berggruen (un refugiado de la Alemania nazi) y tienen un romance. Finaliza abruptamente y Frida acepta casarse nuevamente con Diego. La boda se realiza el 8 de diciembre de 1940, en San Francisco. Dos semanas después, ella regresa a México.

El asesino de Trotsky es arrestado y ya no se lo acusa a Diego, por lo cual en febrero regresa a México. Se instalan en la casa azul, y mantienen la casa de San Ángel como estudio. La vida entre ambos fue pacífica y relativamente feliz. Mantuvieron independencia financiera y amorosa. Participa de exposiciones en México, San Francisco y Nueva York.

A mediados de 1941 muere el padre de Frida (de un ataque cardíaco) y empeora la salud de ella. En esa época pinta "Autorretrato con trenza" y "Autorretrato con Bonito".

En 1942, los Rivera construyen Anahuacalli, un museo de piedra volcánica y con forma piramidal, en el Pedregal de San Ángel. Años más tarde se convirtió en un museo (1964).

En 1943 participa en una exposición de los cien años del retrato en México, en la Biblioteca Benjamín Franklin.

Es nombrada maestra en la Escuela de Pintura y Escultura de la SEP, llamada por los alumnos "La Esmeralda". Con un grupo de ellos (llamados "Los Fridos") pinta una pulquería "La Rosita" en Coyoacán.

En 1944 vuelve a presentar obra en la Biblioteca Franklin, y en una galería de la ciudad.

Se separa de Diego, pero nuevamente se reconcilian en 1945.

También participa entonces como jurado y conferencista.

En septiembre de 1946 se le otorga un premio de pintura. Es operada de la espina dorsal y encerrada en un corsé de yeso.
En esos años ella pinta: "Naturaleza Muerta" (1942), "Raíces", "Autorretrato con monos", "Pensando en la muerte" y "Autorretrato como tehuana" (1943), "La columna rota", "La flor de la vida", "Diego y Frida 1929-1944", "Retrato de Mariana Morillo Safa", "Doña Rosita Morillo" (1944), "Moisés", "Sin esperanza", "Autorretrato con changuito", "Magnolias" (1945), "Autorretrato" (hecho en lápiz), "Árbol de la esperanza", "La Venadita" (1946), "Autorretrato", "El sol y la vida" (1947), "Autorretrato" (1948), "Diego y yo", "El abrazo de amor del universo, la tierra (México), Diego, yo y el señor Xolotl" (1949).

Entre 1944 y su muerte, tuvo que usar más de 25 corsés ortopédicos, que muchas veces le impedían sentarse o inclinarse. Hay un dibujo a lápiz de ese año, llamado "Fantasía".

En junio de 1946 se opera en Nueva York. En octubre regresa a su país, donde debe permanecer en cama y luego con un corsé de acero por 8 meses. No se cuidó demasiado y su salud empeoraba. Se vuelve a operar, esta vez en México. Le dan morfina para los dolores y ya nunca pudo deshacerse de la droga.

En 1946 establece una relación más duradera, con un pintor español refugiado cuyo nombre no se conoce. La relación se extiende hasta 1952. Debido al deterioro de su salud, el contacto físico con los hombres se vuelve muy difícil, por lo cual tiene por amantes a muchas mujeres que también lo eran de Diego.

Entre 1950 y 1951 estuvo un año internada en el Hospital Inglés de México, donde se le hicieron 6 operaciones.

En 1951 pinta "Retrato de Frida y el Doctor Farril", "La pesadilla de la guerra y la paz" y en 1952 "Naturaleza viva" y "Retrato de Don Guillermo Kahlo" (tomando como base una fotografía hecha por su padre).

En diciembre de 1952 vuelven a decorar la pulquería "La Rosita".

En 1953 realiza una exposición en la Galería de Arte Contemporáneo, de Lola Álvarez Bravo, en la Zona Rosa. El día de la inauguración, llegó en una ambulancia y fue bajada en camilla. Dentro de la Galería habían instalado una cama, para que pudiera estar cómoda.

En agosto de 1953 debieron amputarle la pierna derecha, por gangrena. Nunca se recuperó. Cuando no estaba drogada o durmiendo, sufría ataques de histeria o se enojaba por cualquier cosa.

En 1954 vuelve a pintar desde una silla de ruedas: "Frida y Stalin", "El marxismo dará salud a los enfermos", "Viva la vida" y "Los hornos de ladrillo".

Luego de participar, en silla de ruedas, de una marcha de protesta por la destitución de Jacobo Arbenz en Guatemala, sufre un recrudecimiento de la pulmonía que tenía y su salud se deteriora rápidamente. Festeja su cumpleaños con amigos.

Se agrava su salud, a causa de una bronconeumonía y fallece en la madrugada del 13 de julio de 1954.

Su velatorio se realizó en el Palacio de Bellas Artes, al cual asistieron numerosas personas, entre ellas destacados personajes de la política y la cultura. Fue posteriormente cremada en el Panteón de Dolores.
 
 
No guardes rencor, resentimiento ni tampoco devuelvas con la misma moneda  a alguien que te ha dañado. Por tu bien, perdónalo, libéralo y déjalo ir...y tu serás libre
 
 
 
Bellas y acertadas palabras


«Las dudas que aparecen en tu conciencia sobre el futuro, lo económico, la soledad, los quehaceres, lo correcto y lo incorrecto... son simplemente las dudas con respecto a tu relación con Dios, proyectadas en formas clásicas de autocastigo en este mundo de culebrones. ¿Crees que no veo mis propios formatos de dudas aparecer en mi mente? ¡Claro que sí! Esta misma mañana he visto dos o tres trenes de dudas. Pero pasaron en cuanto yo me situé en la orilla del río, cálidamente acompañado por el Ser, como quien está contemplando las extrañas formas que los remolinos dibujan en torno a las piedras, siempre cambiantes, siempre efímeras, neutras y sin efecto, junto a un ancestral amigo, tan íntimo que la conversación se reduce a una sonrisa. Vi las dudas y las vi marchar, pues nunca fueron verdad, sino solo dudas, solo miedo, la película del temor a la verdad.»


Jorge Lomar

El Himno al Amor
 
Aunque yo hablara todas las lenguas de
los hombres y de los ángeles,
si no tengo amor,
soy como una campana que resuena
o un platillo que retiñe.
Aunque tuviera el don de la profecía
y conociera todos los misterios y toda
la ciencia, aunque tuviera
toda la fe, una fe capaz de trasladar
montañas, si no tengo amor, no soy nada.
Aunque repartiera todos mis bienes para
alimentar a los pobres y entregara mi
cuerpo a las llamas, si no tengo amor,
no me sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial, el
amor no es envidioso, no hace alarde,
no se envanece, no procede con bajeza
no busca su propio interés, no se irrita,
no tiene en cuenta el mal recibido,
no se alegra de la injusticia, sino que
se regocija con la verdad.
El amor todo lo disculpa, todo lo cree,
todo lo espera, todo lo soporta.
el amor no pasará jamás.
 
SAN PABLO
 
 

Desde el alma y para tu alma te deseo de corazón...



¿Que tengas de todo un poco!

 
 
Sensibilidad: Para no pasar indiferente ante las bellezas de la vida.

Coraje: Para dejar tu timidez a un lado y poder realizar lo que tienes en mente.

Solidaridad: Para no pasar indiferente ante el sufrimiento de la humanidad.

Bondad: Para no desviar los ojos de quien te pide una ayuda.
 
Tranquilidad: Para cuando llegue el fin del día, puedas dormir como un ángel.

Alegría: Para que la distribuyas, colocando una sonrisa en el rostro de alguien.

Humildad: Para que reconozcas aquello que no eres.

Amor Propio: Para que puedas percibir tus cualidades y te guste lo que veas por dentro.

Fe: Para guiarte y mantenerte de pie.

Sinceridad: Para que seas verdadero, gustes de vos mismo y vivas mejor.

Felicidad: Para que la descubras dentro tuyo y la des a quien la necesite.

Amistad: Para que descubras que quien tiene un amigo, tiene un tesoro.

Esperanza: Para creer en la vida y sentirte un eterno niño.

Sabiduría: Para comprender que sólo existe el Bien.

Deseos: Para alimentar tu cuerpo, dando placer a tu espíritu.

Sueños: Para alimentar tu alma todos los días.

Amor: Para que tengas a alguien a quien amar y sentirte amado.
 
Salud: Para lograr aún con esfuerzo aquello que deseas.
 
Gratitud:  Para que te lleguen más cosas.Nunca olvides de agradecer siempre, lo que no se agradece se pierde.
 
Humildad: Para ser mejor persona.
 
Para que desees tocar una estrella y sonreír por la luna.
Para que sientas que la vida es bella.
Para que descubras que existe un sol dentro tuyo.
Para que seas feliz cada amanecer y sepas que… el Amor es la razón mas grande para vivir.
 
 
 
Por ti y por todos...¡hazlo!






Una vez más y más allá de tus creencias religiosas, te invito a que conozcas al escritor Damián Martino. Trata de leer algunos párrafos de sus tantos libros. Se sentirás reconfortado. Además puedes saber más de él a través de su Facebook buscándolo por su nombre.
 
Te dejo un adelanto de su último libro:
 
"...En tu interior adviertes que ésta no es una situación extraña. Habrás notado que muchos te buscan sin saber por qué y limpiando la indiferencia y mala intención, permanecen a tu diestra los que necesitan saber que son parte de Dios, pues al saberlo, aceptarán al que contiene la presencia del Padre. De esta manera, Bar Elohim, los que te pertenecen te seguirán en amor, y tú, con el amor sagrado, los instruirás con lo más elevado de los Cielos. Aquéllos que no quieran oírte o seguir por tu sendero, no les increpes su ingratitud. Redúcete a recordarles que son libres por amor, que llevan el sello de tu nombre, y que, aunque no lo deseen, quedarán unidos a ti para siempre..."
(Mihael al Guerrero del Sol / Del libro Crónicas de los Dragones)