jueves, 6 de febrero de 2014

Agradezcamos por todas las gracias recibidas en nuestra vida:

Por todo: Madre, te agradezco de corazón, y quiero atarme a ti con íntimo amor. ¿Qué hubiese sido de nosotros sin ti, sin tu cuidado solícito y maternal?

Gracias, porque nos salvaste en grandes dificultades, y porque con amor fiel nos encadenaste a ti. 
Te agradezco, y quiero agradecerte eternamente y consagrarme a ti sin reservas. 

Amén.




Es a causa de esta Virgen llamada Schoenstatt que el último viernes de cada mes se ora en todo el mundo por los difuntos. No lo olviden.

No hay comentarios:

Publicar un comentario